Interpretando una alquimia de contrastes, mezclando masculinidad y feminidad con indiferencia, blanco y negro, relajado y riguroso, micro y macro.
Una historia de atmósferas pintada en colores primarios. La paleta de colores está dominada por el blanco y negro, que se mezclan y compiten entre si, desvaneciendo hacia el gris y luego iluminándose con destellos de rojo.
Con este hilo conductor de lujo filtrado por una inconfundible sensibilidad femenina, Salvatore Ferragamo presenta la mujer del otoño / invierno 2011-2012.
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